La movilidad eléctrica en el centro de la economía circular
En noviembre de 2022, la COP27 centró la mirada del mundo en la urgencia de la acción climática. La realidad es que no estamos reduciendo las emisiones lo suficientemente rápido ni lo suficientemente lejos. Los vehículos eléctricos son fundamentales para reducir el dióxido de carbono de la atmósfera. Pero para transformar realmente el planeta, necesitamos crear una economía circular en la que la energía se utilice de forma eficiente, se optimice el uso de materiales y se reduzcan todas las emisiones.
¿Qué son las ciudades circulares?
Los asistentes a la COP27 escucharon que necesitamos medidas drásticas en materia de tecnología, infraestructuras y redes para acercarnos a los objetivos del Acuerdo de París. Así que, dado que París está impulsando el cambio, es un buen lugar para empezar.
El consumo energético de París se ha multiplicado casi por diez desde 1800. Hoy, la ciudad de las luces lucha por encontrar energía suficiente para encenderlas. Sin embargo, la ciudad ha anunciado un ambicioso plan para ser neutra en carbono en 2050, reduciendo las emisiones en un increíble 100%. ¿Cómo es posible? Convirtiéndose en una de las principales ciudades circulares de la economía circular francesa. Forma parte de un movimiento más amplio en toda Europa para conseguir la neutralidad climática en 2050.
La COP27 definió las economías circulares como fundamentales para hacer frente a la pérdida de biodiversidad, los residuos y la contaminación. La economía circular describe el hecho de compartir, reutilizar, reparar, refabricar y reciclar productos y materiales. Se minimizan las emisiones, se eliminan los residuos y se reutilizan los recursos vitales.
Se calcula que unos 180.000 vehículos entran diariamente en París y emiten millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Sustituirlos por vehículos híbridos o eléctricos podría reducir las emisiones a una fracción de los niveles actuales, pero eso es sólo el principio. Pasar de los combustibles fósiles a la electricidad nos ofrece oportunidades increíbles para cambiar nuestra forma de pensar sobre el papel de los vehículos y la movilidad en general en nuestras vidas.
Circularidad del automóvil
La circularidad en automoción tiene tres dimensiones fundamentales:
- Minimización de emisiones
- Eficiencia energética
- Optimización de materiales
He aquí en qué consiste cada área de interés y por qué son importantes:
- Minimización de las emisiones
Los vehículos eléctricos pueden acabar con nuestra dependencia de los combustibles fósiles, beneficiándonos a todos. Sustituir los turismos de gasolina por vehículos eléctricos podría eliminar inmediatamente casi todas las emisiones de las calles de las ciudades. Los nuevos megavatios de recarga ofrecen una alternativa al gasóleo para los vehículos pesados y los sistemas de transporte masivo que podrían descarbonizar el transporte público y la logística.
Gran parte de la electricidad utilizada por los vehículos procede ya de fuentes renovables. En Francia, por ejemplo, el 20% procede de fuentes sostenibles, y la cifra está llamada a multiplicarse. En toda Europa, otros países, como Noruega y Alemania, tienen una cantidad mucho mayor de energía renovable en el mix, incluidas la eólica y la solar.
En el futuro, las fuentes de energía sostenibles proporcionarán suficiente energía segura para todos los sistemas de transporte de pasajeros, comerciales y de masas. Además de reducir drásticamente las emisiones individuales, el cambio a los VE podría eliminar la cadena de suministro de combustibles fósiles, enormemente perjudicial.
Estamos a punto de eliminar las emisiones, pero los principios de la circularidad están cambiando por completo nuestra concepción de la movilidad.
- Eficiencia energética
Los vehículos eléctricos pueden transformar entre el 85% y el 90% de la energía en impulso, mientras que los motores de combustión interna convierten menos del 30% en movimiento. A veces, esta cifra puede ser tan baja como el 12%, incluso después de más de 100 años de optimización del motor.
Los vehículos eléctricos a batería son increíblemente eficientes desde el punto de vista energético, pero eso es sólo el principio. Su tecnología podría contribuir a resolver la crisis energética mundial. Los VE pueden pasar -y pasarán- de ser un lastre para la red a ser parte integrante de una red inteligente.
Los recientes problemas de abastecimiento energético han puesto de manifiesto las dificultades a las que se enfrentan países como Francia, Reino Unido y Alemania para obtener la energía que necesitan. Las tecnologías "vehículo a red" utilizarán las baterías de los vehículos eléctricos como almacén de energía, a la que se podrá acceder cuando sea necesario. En lugar de perder la energía renovable procedente del viento, el agua y la energía solar, puede almacenarse en las baterías de los coches. La red puede tomar energía de las baterías durante las horas punta para suavizar los flujos. Los propietarios de vehículos también pueden ganar dinero conectando sus vehículos a la red inteligente.
Una red inteligente de vehículos podría proporcionar capacidad de batería más que suficiente para alimentar una red inteligente capaz de producir, almacenar y compartir energía 100% sostenible.
- Optimización de materiales
Los fabricantes de vehículos están abandonando cada vez más los metales "pesados" tradicionales en favor de alternativas como el aluminio, los materiales compuestos y el carbono. Estos materiales son mucho más ligeros que las alternativas convencionales, lo que significa que se necesita menos potencia para propulsarlos.
Circularidad significa que los diseñadores tienen en cuenta cómo se desecharán los vehículos al final de su vida útil con la aspiración de que no se desperdicie nada. Además, muchos materiales avanzados son totalmente reciclables, lo cual es una buena noticia, ya que la Directiva sobre Vehículos al Final de su Vida Útil (VFVU ) obliga a utilizar cada vez más materiales reciclados en la producción de automóviles. Aunque puede que sea imposible crear vehículos 100% reciclables, los ingenieros están comprometidos con el reto.
Análisis del ciclo de vida
La circularidad es algo más que reducir las emisiones del tubo de escape; se trata de minimizar el daño medioambiental de todo el ciclo de vida de cada vehículo. Un estudio reciente publicado en Nature Electronics pide que tengamos en cuenta el ciclo de vida completo de los coches eléctricos, incluidos los materiales utilizados, su fabricación, funcionamiento y eliminación final.
Debemos reconocer que la fabricación de todos los vehículos motorizados consume mucha energía y recursos. Casi una cuarta parte del acero mundial se sigue utilizando para fabricar vehículos. Los sistemas de los vehículos eléctricos utilizan una enorme cantidad de chips de silicio. Por último, y quizá lo más importante, la actual generación de baterías de vehículos eléctricos utiliza varios materiales de tierras raras, como el litio y el cobalto. Aunque cualquier forma de fabricación pesada consume muchos recursos, es esencial, podemos minimizarla en la medida de lo posible.
El reto es que no cambiemos un desastre ecológico (los combustibles fósiles) por otro (la extracción de materiales). Los costes de poseer un VE están aumentando, pero la adopción masiva se está convirtiendo en una prioridad cada vez mayor, por lo que tenemos que buscar alternativas. Una posible solución es pasar de la propiedad individual a la movilidad como servicio (MaaS). Estos sistemas utilizan un modelo de suscripción que nos permite acceder -pero no poseer- los vehículos que necesitamos. Los modelos MaaS son intrínsecamente circulares y podrían ofrecer una solución de transporte urbano sostenible.
Hacerlo realidad
Imagina una ciudad donde no haya smog ni contaminación y menos ruido. Donde la compra, los libros y los materiales de construcción llegan en VE. Tienes un VE en el garaje (o acceso a uno aparcado en la calle) y un autobús en batería en la esquina. Hay un punto de recarga rápida siempre que lo necesitas, y siempre hay una plaza y un cargador libres porque has reservado sitio por Internet. Cuando aparcas por la noche, la batería devuelve energía a la red para mantener las luces encendidas.
Es un futuro que está más cerca de lo que crees. El cambio ya se está produciendo, pero aún hay barreras que debemos derribar. Por ejemplo, tener y conducir un coche de gasolina o gasóleo es fácil porque la infraestructura está disponible y el comportamiento arraigado. Culturalmente, estamos cómodos y familiarizados con llenar el depósito de combustible. Pero la circularidad implica que todos tengamos en cuenta el impacto de nuestras acciones.
Cada kilómetro que recorremos en un vehículo impulsado por combustibles fósiles libera emisiones de carbono procedentes del motor. Pero cada viaje en vehículo contribuye a un sistema global de extracción, fabricación, logística y eliminación que es perjudicial para el medio ambiente y la economía. Para lograr una verdadera neutralidad de carbono, todos deberíamos viajar menos y elegir las opciones más sostenibles siempre que sea posible. Esto puede significar caminar, ir en bicicleta o utilizar el transporte público en lugar de coger el coche. Para crear ciudades más habitables, puede que tengamos que prohibir los coches, como ya están haciendo algunas ciudades europeas. Para evitar la destrucción, necesitamos medidas drásticas.
El acceso a la infraestructura es más sencillo de resolver. Heliox ha desarrollado una gama de puntos de recarga para vehículos eléctricos asequibles y de alta potencia, aptos para sistemas domésticos, comerciales y de transporte público. Nuestro proyecto piloto en curso con el gigante holandés de los supermercados Albert Heijn muestra cómo podemos descarbonizar las entregas. Los nuevos sistemas de carga de megavatios pueden recargar camiones y autobuses mucho más rápido que cualquier vehículo de combustible fósil, a una fracción del coste.
La movilidad eléctrica está en el centro de la economía circular, y Heliox desempeña un papel crucial en el cambio.